El movimiento peronista revolucionó las formas y el fondo de la política en la Argentina realizando una acción integral al enarbolar las tres grandes banderas de la causa argentina: La justicia social, la independencia económica y la soberanía política.
Inculcó una doctrina que sirvió para unificar las causas reivindicatorias e hizo partícipe al ciudadano común construyendo una colectividad organizada con un alto sentido de ética política.
Y ¿cómo lo hizo? Desde el gobierno, mediante una planificación adecuada, cumplió ampliamente su programa doctrinario transformando las masas inorgánicas en un pueblo organizado
Y ¿para qué? Para que la política sea el medio a través del cual el pueblo satisfaga sus necesidades y no un mero artilugio para satisfacer intereses personales o de clase...de aquí se deprende que:
La política se ennoblece al servicio de la Patria; se envilece al servicio de los hombres
Antes del peronismo no existían planes de gobierno ni inquietudes nacionales, la carencia de objetivos propios y de propia causa hizo posible la ignominia, que cubrió a hombres y políticos al servicio de causas e intereses foráneos.
Cuando los hombres no tienen nada propio que defender, a menudo suelen ser instrumento de la defensa ajena; simples mercenarios de la traición