viernes, 3 de mayo de 2013

EMBRIAGUENSE


EMBRIÁ

Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no sentir el horrible peCOMPARTO ESTE POEMA QUE LLEGO A MIS MANOS, ME PARECE

EMBRIÁG

Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no sentir el horrible pesoHay que estar ebrio siempre. 
Todo reside en eso: esta es la única cuestión. 
Para no sentir el horrible peso del tiempo 
que nos rompe las espaldas 
y nos hace inclinar hacia la tierra, 
hay que embriagarse sin descanso.
Pero, ¿de qué? 
De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca.
 Pero embriáguense.
Y si a veces, sobre las gradas de un palacio,
 sobre la verde hierba de una zanja, 
en la soledad huraña de su cuarto, 
la ebriedad ya atenuada o desaparecida 
ustedes se despiertan pregunten al viento, 
a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, 
a todo lo que huye, a todo lo que gime, 
a todo lo que rueda, a todo lo que canta, 
a todo lo que habla, 
 pregúntenle qué hora es; 
y el viento, la ola, la estrella, 
el pájaro, el reloj, contestarán:
"¡Es hora de embriagarse!"
Para no ser los esclavos martirizados del tiempo,
¡Embriáguense, embriáguense sin cesar!
De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca.

CHARLES BAUDELIER

PAZ Y AMOR
GRA
     del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso.

    Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguens.

    Y si a veces, sobre las gradas de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se despiertan pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán:

    “¡Es hora de embriagarse!"

    Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, ¡embriáguense, embriáguense sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca.


    Charles Baudelaire


    so del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso.

    Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguense.

    Y si a veces, sobre las gradas de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se despiertan pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán:

    “¡Es hora de embriagarse!"

    Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, ¡embriáguense, embriáguense sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca.


    Charles Baudelaire