martes, 11 de junio de 2013

El reformismo, esa cosa que no existe…

Notas sueltas para intentar descifrar lo no evidente.

Autor: B.

Revolúmetros y transformación de la sociedad.
Resulta que ahora, si se denuncia la agenda reformista, algunas personas se dan a la tarea de criminalizar el señalamiento, acusando a sus propiciadores de poseer revolúmetros. Según ellos, esos censores tendrían acceso a una misteriosa tecnología que permitiría determinar quién está más cerca de Chávez, Fidel Castro y Karl Marx, y quién no. Lo que esta astuta forma de banalizar el debate político busca en realidad es negar el carácter radical de la transformación socialista, de la que el mismo Chávez habló en muchísimos e ilustrativos discursos, todos al acceso del público por distintos medios de comunicación (libros, folletos, pdf, páginas de internet, archivos de audio y vídeo, etc.). Pues tal tecnología (que solo existe en la cabeza de los reformistas) no es en realidad más que una construcción sesgada, manipulada, caricaturesca de la teoría socialista, la historia de las ideas, la experiencia histórica de las masas, que en el pasado intentaron revoluciones, arriesgando la vida mientras los reformistas estaban en otros lugares… Revoluciones que generalmente sucumbieron ante las amenazas del imperialismo gringo, y ante la seducción ideológica de los reformistas que terminaron ejerciendo su hegemonía sobre ellas, una vez triunfantes las primeras…
Lo que la crítica de los reformistas oculta es la necesidad de fortalecer la unidad, la conciencia de la base social, hoy asediada por la guerra política (no solo mediática) emprendida por los aparatos de inteligencia imperial. Esa guerra cuenta sin duda con la complaciente asistencia de la burguesía criolla y sus amanuenses, que en los pasados 15 y 16 de abril le costó la vida a once (11) venezolanos. El carácter cruento de este conflicto político es “suavizado” por los reformistas, que ilusos, pretenden avanzar al socialismo “light”, sin agitaciones, esperando una tácita aceptación de un imperio asesino y sus burguesías cómplices en suramérica. Estos reformistas, o anarcoides, o socialistas cómodos, o como se les quiera llamar, olvidan o ignoran que sus mismas posiciones ambiguas abren paso a la ferocidad otánica que ya vimos en Libia y Afganistán.
Nicolás Maduro cuenta con el apoyo de todos los revolucionarios conscientes. La tarea que le tocó en estos tiempos difíciles no debe ser vista a la ligera. La desaparición de Chávez ha dejado una honda huella en nuestro proceso revolucionario y en nuestras vidas, pero nuestro compromiso está en mantener su legado y avanzar al socialismo.
La tentación reformista, ante la ausencia del Comandante Supremo, se envalentona y busca un pacto de gobernabilidad mínima con el capitalismo decadente. Como si tal cosa fuese posible.
Sólo hay una forma de derrotar a las argucias del reformismo.
La formación ideológica, el debate de altura, la búsqueda del sentido de esta revolución, la discusión seria y madura sobre temas claves, la amplitud y el respeto a los principios del socialismo.
Al cierre: Nuevas amenazas se ciernen sobre Venezuela.
Mientras escribo esto, leo la denuncia de una compra de aviones de guerra por parte de la oposición a Estados Unidos http://t.co/DoSKgAs8kN Esta información, que deberá ser investigada por los organismos de defensa del Estado venezolano, sin duda debe llamarnos a todos los bolivarianos a fortalecer la unidad, la conciencia patriótica; avanzar en el fortalecimiento del liderazgo de Maduro y en el carácter radical de nuestro modelo socialista. Y aunque distante del tema de esta nota que hoy escribo, finalmente refuerza todo lo expresado hasta ahora: pretender moderar al socialismo, refrenar el carácter radical de la revolución, no nos ahorrará discusiones internas ni amenazas imperiales; más bien, todo lo contrario.

Tomado con permiso de su autor de:

http://notasdelarevolucion.wordpress.com/